lunes, 17 de junio de 2013

SARVANDO DISTANCIAS

Es el Cristo regazo
de mis desvelo,
con sus brazos clavados
sobre un madero.
Una cinta es el río
que ata mi pelo.
¿Qué murallas retienen
mis desconsuelo?
Efluvios tienen mis venas
de un arroyuelo
Ribera de mi vida ,
 y mis ancestros,
donde llueven distancias
en los espejos
de un río adolescente
que corre inquieto,
salvando los caminos
que hay en mis sueños.
Cuatro lustros pasados,
hasta un milenio.
Es tu torre atalaya
 de mis empeños
 de volver a tus calles,
fracaso eterno.
¡Como corre los cauces
de los silencios!
Serpenteante Ribera
de altivo Fresno,
donde colgué  la infancia
de mis recuerdos.
Hoy sólo cuelgo nostalgia,
mi blanco pelo.
Ribera de mi alma
¡Cuánto te quiero!
¿Dónde están los amores
que ya no tengo?
¡Cómo lloran los cauces
de mis inviernos!
Esa lluvia abundante
yo la retengo
ahuecando mis manos,
entre mis dedos.
Las estrellas se caen
del firmamento,
en la noche argentada
de un blanco pueblo.
De ésta Ribera amada
de verde Fresno
donde desconsolada
cuelgo mis versos
y en sus ramas anidan
y nacen nuevos,
sin pensar que la vida,
la marca el tiempo.

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